sábado, 27 de octubre de 2012

Siempre a tu lado. Capítulo 4.


Especialmente, una de aquellas revistas fue la que más le llamó la atención.
 - Liam nos cuenta su infancia... -leyó en voz baja.
Abrió aquella revista y comenzó a pasar las páginas hasta llegar al reportaje que anunciaban en la portada.
A medida que Leah avanzaba en su lectura, sentía como se le encogía el corazón. No podía creer que aquel chico al que había tratado fatal, aquel chico con una sonrisa encantadora, aquel chico que podía tener absolutamente todo en la vida, lo hubiera pasado tan mal durante su infancia. Había nacido muerto y sin un riñón, había pasado sus primeros años viviendo prácticamente en un hospital y no solo eso, si no que en el colegio había sido el centro de las burlas de sus compañeros.
 - Soy la peor persona del mundo... -pensó para sus adentros.
Esperó a que llegara la niña y se quedó un rato con ella, pero en su cabeza no dejaba de aparecer la idea de llegar a casa y llamar a Liam para pedirle perdón y aceptar ayudarlo.
 - Bueno pequeña, tengo que irme ya.
 - ¿Ya? -dijo la niña haciendo pucheros.
 - No me mires así... Mañana tengo que ir a clase.
 - ¿Vendrás a verme por la tarde?
 - Claro que sí. Como siempre.
 - ¡Bien!
Se despidió de la niña y prácticamente voló hasta su casa.
 - Hola mamá.
 - ¿Ya estás aquí? -preguntó ésta extrañada.
 - Sí, bueno, tengo que hacer unas cosas.
Leah subió corriendo las escaleras y entró en su habitación, pero una desagradable sorpresa la esperaba allí.
 - ¡Mamá! ¿Dónde están los libros que estaban en mi estantería?
 - Los he llevado a la caridad.
 - ¿Qué? ¿Como? ¿Cuando?
 - ¿Pero qué pasa?
 - Que tenía un número importantísimo entre esos libros...
Los días pasaban y el sentimientos de culpabilidad de Leah no hacía más que aumentar, no podía sacarlo de su cabeza.
Era sábado por la mañana y como los días anteriores, Leah se encontraba en su habitación pensando qué podía hacer para arreglar lo que había hecho.
Se levantó de la silla y bajó a tomar algo de desayuno.
 - ¿Qué haces despierta a estas horas? -preguntó su hermana que estaba desayunando en la cocina.
 - Tengo cosas que hacer. ¿Tú? -fingió interés.
 - ¿Ves como no me escuchas cuando hablo? Llevo toda la semana diciendo que hoy iré a una firma de One Direction.
Leah, que se encontraba bebiendo una taza de leche en aquel momento, estuvo a punto de atragantarse al escuchar aquel nombre.
 - ¿Qué? -preguntó su hermana.
 - ¿Vas tú sola?
 - Claro que no, voy con mis amigas. Hala, me voy que llego tarde.
Leah esperó a que su hermana se fuero y subió corriendo a su habitación para buscar información sobre aquella firma. Era la única forma de volver a encontrarse con Liam y pedirle perdón de alguna manera.
Nada más saber el lugar y la hora, Leah se cambió de ropa y se dirigió hacia aquí sitio.
 - Pfffffff... -suspiró desesperada.
Aquel lugar estaba peor de lo que pensaba, estaba completamente lleno de fans que no dejaban de gritar y de llorar, otras buscaban la manera de verlos o de llamar su atención a pesar de que se encontraran a gran distancia, y otras, esperaban pacientemente en grupos charlando.
Leah optó por ir a comprar el disco corriendo y volver para esperar paciente en la cola, y para su sorpresa, en menos de lo que esperaba se encontraba a escasos metros de ellos, a punto de pasar a que le firmaran el disco que había comprado hacía menos de una hora.
 - ¿Tú eres...? -dijo Harry confuso.
 - Sí, soy la chica del hospital. -sonrió nerviosa.
 - Hola Leah. -dijo Louis al reconocerla.
La chica iba avanzando a lo largo de la mesa, y Liam todavía no se había percatado de que estaba allí.
 - ¿Es para ti? -preguntó Niall señalando el disco que firmaba.
 - No, es para una de las niñas del hospital.
En ese momento, la chica que había pasado delante de Leah, salió de la plataforma en la que estaba la mesa y Liam buscó con la mirada a la siguiente persona, y allí estaba Leah.
 - ¿Tú? -preguntó Liam.
 - Hola...





JIJIJJIJIJ...

miércoles, 24 de octubre de 2012

Siempre a tu lado. Capítulo 3.


La hora de comer se acercaba, y aquellos chicos no parecían con gran intención de moverse, así que Leah decidió recoger sus cosas e irse a casa para volver a la tarde.
 - Claire, ¿me acompañas a por mis cosas? -preguntó a la enfermera.
 - ¿Ya te vas?
 - Sí, pero volveré a la tarde. No es que esté haciendo demasiado aquí y así comeré en casa.
La enfermera la acompañó al cuarto donde había dejado sus cosas y se puso la ropa con la que había venido que estaba casi seca.
Nada más llegar a la puerta, el griterío de las fans que se agolpaban allí a la espera de que sus ídolos se acercaran había aumentado notablemente.
 - La entrada sigue llena de fans, deberías salir por detrás. -le comunicó uno de los guardias.
 - Lo que me faltaba... ¿Pero van a salir por aquí?
 - No lo creo, si salen por aquí corren el riesgo de no llegar enteros al coche.
 - ¿Y no se lo pensáis decir?
 - Si se lo decimos irán a la otra puerta, ¿no crees?
 La joven se resignó y dio la vuelta a todo el hospital para salir por la puerta de atrás, pero nada más salir se fijó en que allí mismo estaba aparcado el coche con las ventanas tintadas que la había mojado. Y eso no era todo, si no que nada más salir del edificio, una de las puertas del coche se abrió, pero antes de que Leah volviera a entrar corriendo en el hospital, pudo ver la cabellera de aquel chico que tanto le había llamado la atención saliendo por aquella puerta.
 - ¿Tú? -preguntó incrédula.
 - Hola... -dijo él tímido.
 - Lo sabía, sabía que lo que estabais haciendo ahí dentro era un papel para sentiros mejores personas por un momento. ¿Qué quieres?
Liam la miraba interrogante, no entendía el por qué de aquellas acusaciones.
 - ¿Qué? No me mires así. Eres igual que todos los famosos, pasas un par de horas con niños enfermos para sentirte mejor persona y anotar una nueva "buena acción" a tu lista.
 - No entiendo por qué me dices estas cosas, pero bueno... Yo solo quería pedirte un favor.
 - ¿Que favor?
 - Ella. Quería pedirte que me ayudaras a volver a ver a Ella, me sentí identificada con esa niña.
 - ¿Con Ella? -preguntó ella nuevamente incrédula- ¿Qué podría tener en común un famoso con una niña que no tiene a nadie ni nada en la vida? Lo siento, pero no entiendo por qué tendría que ayudarte.
La cara de Liam tomó un ápice de tristeza que hizo dudar a Leah por un momento, pero no entendía a qué venía aquella proposición y no quería que Ella se ilusionara para que cuando él se cansara de visitarla, ella sufriera por no volver a verlo.
 - Piénsalo, ¿vale? Aquí tienes mi número.
Liam le entregó un pequeño papel en el cual aparecían su nombre y su teléfono, y giró sobre sí mismo para volver a subir al coche y perderse con él y sus amigos a lo lejos.
 - Lo que me faltaba. Primero me empapa y luego me pide ese favor. -murmuró Leah.
Los días pasaban y el instituto había vuelto a empezar, ya que se habían acabado las navidades.
 - Leah, ¿hoy irás al hospital? -le preguntó su madre.
 - Sí, mamá, ya te he dicho que puedo ir al instituto e ir allí igualmente.
 - Hija, estás en tu último curso y de ello depende que puedas ir a la universidad o no.
 - Mamá, ya lo sé, ya me lo has repetido miles de veces, pero no voy a dejar sola a Ella. Se lo prometí.
 - No entiendo el por qué de ese compromiso con esa niña.
 - Si vinieras conmigo algún día te darías cuenta de que aquella niña es especial. No puedo dejarla sola. Lo siento.
Su madre salió de la habitación resignada y ella comenzó a recoger sus cosas para salir hacia el hospital, pero colocando los libros sobre su escritorio, un pequeño papel cayó al suelo. Era el papel que Liam le había entregado con sus datos. Lo miró pensativa unos segundos, pero después de negar con la cabeza, lo colocó de nuevo sobre el escritorio. Pero en seguida se dio cuenta de que su hermana, que era directioner, cada vez que necesitaba algo iba a su habitación y lo revolvía todo. No tardaría en encontrar aquel papel.
 - ¿Donde te escondo? -murmuró observándolo.
A pesar de que estaba casi convencida de que no usaría jamás aquel número, algo dentro de ella le imploraba que no se deshiciera de aquel papel.
Tras dar varias vueltas y observar su habitación, se decantó por esconderlo entre unos libros de cuando ella era pequeña que llevaban años allí guardados.
 - Perfecto. -sonrió mirando su trabajo.
Se cambió de ropa, cogió su bolso, sus cascos y su móvil, y se dirigió hacia la puerta.
 - Me voy, mamá. Hazme algo rico para cenar.
 - No llegues muy tarde...
 - Y si ves que está muy oscuro llámame y voy a por ti. -la interrumpió imitando su voz- Lo haré, mamá. ¡Te quiero!
 - Adiós, cariño.
Ya en el hospital, Leah se encontró con Ella nada más llegar.
 - ¿Qué haces aquí, pequeña?
 - La vamos a llevar a hacerse unas pruebas. -interrumpió uno de los doctores.
 - ¿Pasa algo?
 - No, no, para nada. Son rutinarias.
Leah sonrió a aquel buen hombre, y se puso a la altura de Ella.
 - ¿Te espero en tu habitación?
 - Sí. -dijo la pequeña abrazándola.
La chica se encaminó hacia la habitación de la niña y se acomodó en el sofá que había allí.
Las horas pasaban y la niña no volvía, lo cual empezaba a aburrir a la chica así que decidió ojear algunas de las revistas. Todas hablaban de los chicos que habían estado allí días atrás.








Bueno, bueno, bueeeeeeeeeeeeeeno, ahora llega lo mejor jiji

lunes, 22 de octubre de 2012

Siempre a tu lado. Capítulo 2.


A pesar de haber ido a la fiesta con Nate, éste la dejó temprano de vuelta en casa y a las 9 de la mañana, Leah ya caminaba por las calles frías y mojadas de Doncaster hacia el hospital.
A pocos minutos de llegar, un coche con las ventanas tintadas pasó a gran velocidad por su lado, con la mala suerte de que, al pasar a su lado, las ruedas pisaron un charco y la salpicó empapándola entera.
 - ¡Mierda! -gritó.
Pero como ya le quedaba poco para llegar, decidió no volver a casa a cambiarse y secarse, y pedir algo de ropa a Claire, una de las enfermeras que trabajaba allí y con la que más confianza tenía. Pero, al los pocos metros, pudo ver como una marea humana se agolpaba en la puerta y, a duras penas, tuvo que hacerse hueco para poder llegar a los guardias de seguridad, entre los que estaba Charles, el viejo guardia de seguridad que estaba todos los días allí, que la reconoció.
 - Buenos días, Charles. ¿Qué pasa?
 - ¿No te has enterado? Han venido los chicos de One Direction.
 - ¿Hoy? Algo me habían dicho, pero no pensé que fuera ya hoy mismo.
 - Venga, pasa.
Nada más entrar en el hospital, descubrió que las zonas que normalmente estaban llenas de personal se encontraban practicamente vacías y decidió dirigirse a la zona de pediatría, donde nada más entrar, se encontró con todo el personal que no estaba en su lugar habitual.
 - ¿Qué te ha pasado? -preguntó Claire acercándose a ella.
 - Un coche ha pasado por encima de un charco y bueno... ¿puedes dejarme algún uniforme mientras esto se seca?
 - Sí, ven conmigo.
 - ¿A qué hora se van? -preguntó Leah mientras se cambiaba.
 - ¿Qué pasa? ¿No te gustan?
 - Y yo que sé, no es el estilo de música que suelo escuchar. De hecho, la primera vez que presté atención y los vi fue ayer cuando Ella me dijo que vendrían.
 - Pues no sé a que hora se irán, se supone que antes de la hora de la comida.
 - ¿Y para eso vengo? Me podría haber quedado en mi casa y venir por la tarde.
 - ¿Pero qué pasa?
Pero antes de poder contestar, las dos ya se encontraban en el pasillo y Ella se acercaba con un chico alto, moreno y de ojos azules.
 - ¡Leah! -gritó.
 - ¡Hola pequeña! ¿Qué tal estás hoy? -dijo poniéndose a su altura.
 - Mira Louis, ella es Leah. -dijo la niña.
 - Hola, Leah. -dijo aquel chico con una gran sonrisa.
 - Hola. -sonrió ella también.
La niña cogió la mano de su amiga y comenzó a tirar de ella hacia donde se encontraban el resto de los chicos. Eso sí, sin soltar en ningún momento la mano de Louis.
 - ¿Tú también eres enfermera? -preguntó Louis a la chica.
 - No, que va, soy voluntaria.
 - ¿Ironía? -preguntó el chico.
 - No... -contestó ella sin entender, pero en seguida de percató de que lo decía por su vestimenta- ¡Ah! Lo dices por la ropa... No, simplemente de camino aquí un coche me salp-
 - Mira, Leah, él es Liam -dijo la niña con una sonrisa traviesa dibujada en la cara.
Leah en seguida recordó que aquel chico era al que había señalado en la revista y eso explicaba la reacción de la niña.
 - Hola, Leah. -escuchó ella.
 - Hola.
La mañana avanzó como era de esperar, niñas emocionadas por aquellos chicos, niños que también se acercaban curiosos pero no tanto como las niñas y, aquellos chicos que habían alcanzado la fama hablaban y jugaban con los pequeños. Pero algo había llamado la atención de Leah, el chico al que ella misma había señalado en la revista miraba curioso todo lo que hacía la pequeña Ella y sonreía ante todo lo que decía, lo cual le resultaba increíblemente tierno. Era la primera vez que la visita de un famoso al hospital le resultaba llevadera.

jueves, 18 de octubre de 2012

Siempre a tu lado. Capítulo 1.


 - ¡Leah!
Leah se removió entre las sábanas al escuchar la insoportable voz de su hermana pequeña, pero en seguida escuchó como la puerta de su habitación se abría y la voz de su hermana volvía aparecer.
 - ¡Leah! ¿No me has escuchado? Te estoy llamando.
 - ¿Qué quieres? ¿No ves que estoy durmiendo?
 - Si quieres le digo a Nate que estás durmiendo y le cuelgo.
Se levantó de mala gana y cogió el teléfono de manos de su hermana, la cual se quedó mirándola.
 - ¿Qué? -preguntó brusca.
 - Cada día estás más fea...
 - ¡Fuera!
Cerró la puerta echando a su hermana de la habitación y se sentó en la  cama para hablar con su mejor amigo, el cual permanecía al otro lado de la línea.
 - ¿Qué pasa, Nate?
 - Hoy a la noche Steph da una fiesta en su casa, ¿vendrás?
 - Todavía no lo sé, depende de a qué hora vuelva del hospital.
 - ¿Vas a ir hoy también? Eres una aburrida.
 - Bueno, cuando llegue prometo llamarte y decirte si voy.
 - Vendrás. ¿A qué hora paso a por ti?
 - Ya te llamaré, pesado.
 - Esperaré esa llamada impaciente. Pásalo bien en el hospital, aburrida.
 - Adiós, idiota.
Leah era una chica de 18 años que aparentaba ser igual que cualquier chica de su edad, pero realmente desde la muerte de su hermano pequeño por una enfermedad renal al poco de nacer, hace dos años, ella había cambiado completamente y gastaba gran parte de su tiempo yendo a uno de los hospitales de su ciudad como voluntaria para cuidar a niños enfermos. Concretamente, a una niña huérfana que padecía la misma enfermedad que su hermano, que se había ganado su corazón con creces.
 - Hola, pequeña.
 - ¡Leah! -gritó Ella al verla en la puerta, provocando una gran sonrisa en Leah.
 - ¿Qué tal estás?
 - ¡Bien! ¿Sabes qué?
 - Dime. -dijo sentándose en la cama.
 - ¡Van a venir los chicos de 1D a visitarnos!
 - ¿En serio?
 - ¡Sí! ¡Mira!
La niña sacó de su mesita un montón de revistas y comenzó a enseñarle todas las fotos en las que salían, señalando especialmente a Louis, su favorito.
Leah veía todos los años como se paseaban famosos por aquel hospital y, aunque adoraba ver las caras de felicidad de los niños, no soportaba el hecho de pensar que aquella gente solo iba allí para salir en una foto posando y sentirse mejor persona.
 - ¿Y a ti? -preguntó la pequeña.
 - ¿A mí qué?
 - ¿Cual te gusta?
Leah miró una de las fotos de aquella revista y señaló sin demasiado interés a uno de ellos.
 - Ese es Liam. -dijo la niña con una gran sonrisa.
 - Me gusta ese nombre, es bonito. -sonrió ella también.
Después de pasar toda la tarde con Ella y los demás niños, Leah salió del hospital y se dirigió a su casa.
 - ¿Qué haces tú aquí? -preguntó al ver a Nate sentado en el sofá.
 - He venido a buscarte, subo a cambiarte que tenemos una fiesta a la que asistir. -dijo con una gran sonrisa.
 - Pero que no tengo ganas...
 - ¿Has escuchado en algún momento tono de pregunta?
 - Bueno, pero volvemos pronto, ¿vale?
 - Eso ya lo negociaremos allí. Corre, sube a cambiarte.
 - Ya voy, ya voy.
Leah subió corriendo, y sin arreglarse demasiado, bajó a donde su amigo de nuevo.
 - ¿Ya? -preguntó él.
 - Ya. Vamos, venga, antes de que cambie de idea.





HOOOLA, HOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOLA.
Bueno, aquí tenéis el primer capítulo de la fic de Liam y esas cosita.s Siento no haber subido antes pero nada de lo que escribía me gustaba, de hecho este capítulo tiene 100000000 versiones diferentes jajajaja. Bueno, pues espero que os guste y que me sigáis leyendo jijji.
Un besitooooo <3

PD: Quien quiera que lo/a avise por twitter que me deje su twitter en un comentario, porfi :)