jueves, 29 de marzo de 2012

Mi pesadilla. Capítulo 13.

(Ayer a la noche subí otra capítulo, si todavía no lo habéis leído ya sabéis ;) )

- Sí, soy Sam.
Me asomé por detrás de Louis y pude ver como mi amiga se había sonrojado por completo.
 - Yo soy Louis, encantado -dijo mientras le daba dos besos.
 - ¡Hola, Sam! Ven, pasa.
Los tres nos adentramos en la casa hasta el salón, Louis detrás nuestra.
 - Que casa tan bonita... -susurró Samantha.
 - Está todo elegido por mí, no podía fiarme de los gusto de Harry.
 - ¿Qué dices de mí? -preguntó este entrando en el salón.
 - Mira Harry, ella es Sam, mi amiga.
 - Oh, encantado.
Se acercó a ella e hizo lo mismo que Louis para presentarse.
 - ¿Quieres tomar algo? -le pregunté.
 - Sí, algo frío. Me estoy muriendo de calor. -me contestó ella.
 - ¿Vosotros queréis algo?
 - Sí, pero espera que te ayudo.
 - Harry, no hace falta, ¿qué quieres?
 - ¿Qué pasa? ¿Tienes miedo de quedarte a solas conmigo? -me susurró.
Puse los ojos en blanco y me dirigí a la cocina, mientras él me seguía.
 - ¿Quieres algo de la despensa? -le pregunté mientras entraba en la pequeña habitación.
 - Sí, coge cacahuetes.
 - ¿Cacahuetes?
 - Sí, eso he dicho.
La despensa era una pequeña habitación conectada a la cocina, pero con el techo mucho más alto que el resto de la casa y casualmente, los cacahuetes estaban demasiado altos para poder cogerlos por mí misma.
 - Mierda.
 - ¿Qué pasa? ¿Necesitas ayuda?
 - Lo has hecho a posta, ¿verdad?
 - A ver, hazte a un lado, yo los cojo.
Entró, cerró la puerta y me apartó hacia una esquina mientras él se subía a una pequeña banqueta para cogerlos, pero resbaló y al caer, rompió el pomo de la puerta.
 - ¿Estás bien? ¿Te has hecho daño? -dije acercándome.
 - Sí, sí, estoy bien. -musitó mientras se incorporaba- mierda.
 - ¿Qué pasa?
Vi como me señalaba la puerta y al ver el pomo roto lo entendí todo.
 - No, no puede ser.
Me levanté y empecé a golpear la puerta intentando abrirla, pero nada, era imposible.
 - No puede ser, no puede ser, no puedes ser...
Me acorralé en una esquina encogiéndome sobre mí misma, mientras Harry gritaba para que Louis viniera a sacarnos, pero nadie contestaba.
 - Mierda, voy a llamarlo.
Cogió el teléfono y marcó su número.
 - ¿Louis?...¿Como que habéis salido?...Estamos encerrados...Pues me da igual, vienes...¿un cerrajero?...vale, vale.
Colgó y se giró para mirarme.
 - ¿Qué haces? ¿Te encuentras bien?
Realmente no me encontraba bien, ni mucho menos, era claustrofóbica desde pequeña. Estar encerrada en cualquier sitio y saber que no podía salir, me producía temblores, sudores...
 - Harry...
 - ¿Eres claustrofóbica?
 - Sí...
 - A ver, tranquila -se sentó a mi lado y me abrazó- cierra los ojos.
Así lo hice.
 - Bien, ahora imagínate que estamos en medio de un campo, un campo verde, muy verde, con muchos árboles, con aire, mucho aire, puedes correr...
Me aferré a su brazo mientras escuchaba todo lo que me decía, nunca nadie había tratado de tranquilizarme de aquella manera y por algún motivo, me sentía protegida, no era como en otras ocasiones que... ¿qué estoy diciendo?
 - Harry, tengo que salir de aquí.
Fue pronunciar esa palabras y escuchar como al otro lado intentaban abrir la puerta.
 - Tus deseos son órdenes. -me dijo.
En menos de 5 minutos ya estábamos los dos fuera, mi amiga se había marchado y Louis había traído a un cerrajero.
Nada más salir, me dirigí corriendo al baño a darme una ducha fría, necesitaba enfriar mi cuerpo.
Cuando salí del baño, me encontré con Harry sentado en mi cama.
 - ¿Qué haces aquí?
 - Venía a ver como estabas...
 - Mucho mejor, gracias...
 - Lo siento...
 - ¿Por qué?
 - Porque por mi culpa nos quedamos encerrados, yo solo quería que me pidieras que te ayudara a coger los malditos cacahuetes y...
 - Eh, no seas tonto... ¿Sabes? Nunca nadie había intentado que me tranquilizara de esa forma...
 - ¿Ah no? -sonrió.
 - No, muchas gracias.
 - Pero, aún así, me siento culpable...
 - ¿Quieres que te "perdone"? Llévame a un lugar como el que me describías.
 - ¿Solo eso?
 - Sí, solo eso.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Mi pesadilla. Capítulo 12.

 - ¿Que la conociste allí? ¿Qué dices, Harry? Explícate.
 - La conocí allí, al fin y al cabo ella era la prima de la anfitriona.
 - Pero, ¿qué pasó?
 - Yo llegué allí poco después de la hora indicada, pero al parecer, no era yo la única persona que había llegado tarde. Bueno, en realidad, ella no llegaba tarde, ella ya estaba allí, pero se negaba a bajar.
 - Continúa.
 - La vi bajar por las escaleras, espectacular, estaba preciosa...
 - ¿Puedes contarme lo que pasó? No va a tardar en venir a buscarnos.
 - Oh, sí, perdón, lo que pasó fue que no recuerdo como, entablé una conversación con ella y acabamos tonteando, pero Simon nos vio. Me llamó para que lo acompañara, pero no pensé que fuera a decirme que me alejara de su sobrina..., me dijo que la dejara en paz, que sabía como era y que no quería verla sufrir.
 - ¿Te dijo eso? ¿Y qué hiciste?
 - Lo que no debí haber hecho nunca. Pensé en irme, pero ya sabes como soy, me quedé y me cubrí de gloria -dije irónicamente-. Besé a su prima.
 - ¿QUÉ?
 - Sí...
En ese momento, la puerta se abrió y apareció Gabriella con su perfecta sonrisa.
 - ¿Qué? ¿No venís a cenar?
 - Sí, vamos.
Me levanté de la cama y la seguí hasta la cocina, pero noté como a mitad de camino Louis se posicionaba a mi lado.
 - No hemos acabado de hablar.
 - No le digas nada, por favor.
Los dos seguimos en silencio hasta la cocina y entramos tras Gabriella.

[Narra Gabriella]

No entendía muy bien que pasaba, pero durante la comida, ninguno de los tres habló. Algo me decía que habían discutido, pero no quería meterme en sus problemas.
 - Bueno, creo que voy a llamar a Samantha -dije levantándome.
 - ¿Vas a salir? -me preguntó Louis.
 - Puede, no lo sé todavía. Si ella tiene algo que hacer, creo que iré a explorar la ciudad, ¿por qué?
 - No sé, podías decirle que viniera... Llevas una semana aquí y todavía no nos la has presentado.
 - Pensé que os podía molestar que trajera a mis amistades a casa...
 - ¿Cuantas veces tengo que repetirte que es tu casa también?
Sonreí ante la contestación de Louis y saqué mi móvil del bolsillo para marcar el número de Sam.
 - ¿Sam? ¿Tienes algo que hacer?
 - No, tenía pensado ver toda la tarde la tele, ¿por?
 - ¿Te apetece venir a casa?
 - ¿Estás sola?
 - No, están Louis y Ha...Styles.
 - ¿Ibas a decir Harry?
 - No, claro que no.
 - Sí, lo ibas a decir, ¿ya sois amiguitos? -dijo burlona.
 - ¿Vas a venir o no?
 - Tranquila, tranquila... Es que me da vergüenza.
 - ¿Vergüenza?
En ese momento, Louis, que observaba atentamente todo lo que decía junto con Harry, se levantó de la mesa y me quitó el teléfono.
 - ¿Hola?...Louis Tomlinson, encantado... ¿Como que te da vergüenza venir?... No, no... ¡Perfecto!...
Louis salió de la cocina mientras seguía hablando y Harry y yo nos quedamos en silencio.
 - ¿Como es? -me preguntó.
 - ¿Quién?
 - Tu amiga.
¿Styles interesado en mi amiga? No perdía el tiempo.
 - Es alta, bastante más que yo, morena, con los ojos marrones... ¿Por qué? No eres su estilo.
¿No eres su estilo? ¿En serio había dicho eso? Oh, genial, ahora se pensaría que estaba molesta. Continué recogiendo la mesa en silencio, esperando que no diera importancia a mi comentario, pero sí, en seguida contestó.
 - Tampoco me interesa. Tengo novia, ¿sabes?
Tragué saliba y continué recogiendo. ¿Por qué me molestaba tanto?
 - Ah, me alegro.
 - Por cierto, voy a llamarla.
 - No hace falta que me des explicaciones...
Antes de que terminara la frase, él ya había salido de la cocina y había cerrado la puerta, pero escuché como hablaba en el pasillo. Empezaba a preguntarme para qué quería su habitación si siempre estaba en el pasillo.
 - No, Gabriella, no vas a escuchar, no te interesa...
Miré la puerta mordiéndome el labio, pero no pude evitar acercarme y escuchar.
 - No te he llamado antes porque no he tenido tiempo... No seas exagerada, no ha pasado una semana... ¿Qué? No, no, no, claro que no hay otra chica...-sonaba nervioso- No, no tengo nada que contarte...
Me preguntaba si le habría contado que ahora vivía con ellos, pero ¿para qué? No era nada trascendente, a él por lo visto no le afectaba ni lo más mínimo.
 - Sí, bueno, ya te llamaré, tengo cosas que hacer.
Escuché como se despedía y me puse a barrer la cocina para disimular, pero no entró, así que salí y me fui a mi habitación.
Al poco rato, escuché como sonaba el timbre y fui corriendo a abrir, estaba segura de que sería Sam. Pero cuando llegué a la puerta, Louis ya se me había adelantado.
 - Tú debes ser Sam, ¿verdad?

viernes, 23 de marzo de 2012

Mi pesadilla. Capítulo 11.

Estaba completamente segura de que aquella sombra que se veía por debajo de la puerta era él, ¿quién si no? Pero me sentí como una niña pequeña, una niña que buscaba devolver el daño que le habían hecho pero, ¿para qué? A él no le importaría lo que hiciera o dejara de hacer. Era hora de madurar y pasar página.
 - Sam, he de ir a dormir. Hablamos mañana, ¿vale? Un beso.
 - Buenas noches, Gabs.
Nada más colgar, me metí en la cama haciendo el menor ruido posible. Quería saber que hacía Harry al otro lado de la puerta.
Como era de esperar, nada más colgar y acostarme, vi como la sombra desaparecía, pero para mi sorpresa, escuché un portazo, pero no de su habitación, de la puerta de la calle.
No pude dejar de pensar en toda la noche a donde había ido y por qué se había ido, no entendía el comportamiento de aquel chico. Así que, nada más amanecer me levanté de la cama y me dirigí a preparar el desayuno, pero al llegar a la cocina vi como la puerta se abría y entraba Harry.
 -  ¿Buenos días? -dije.
 - ¿Qué haces despierta? -me preguntó.
  - No podía dormir...
 - ¿Te encuentras bien?
 - Sí, yo..., voy a hacer el desayuno.
Intenté esquivarlo entrando en la cocina, pero me siguió y se sentó en la mesa sin dejar de observarme.
 - ¿Quieres algo? -le pregunté bajo su atenta mirada.
 - ¿Sabes cocinar?
Se me hacía raro hablar con él, que intentara entablar una conversación conmigo sin atacarme, pero a pesar de todo, decidí intentar ser amable con él. Era hora de pasar página, no podía guardarle rencor toda la vida.
 - Sí, cuando no tienes nada mejor que hacer, buscas donde pasar el tiempo. ¿Quieres que te haga algo especial?
 - No, no hace falta. -sonrió.
 - Bien, entonces tortitas y café para todos.
 - Yo prefiero té, el café me sienta mal, pero ya me lo preparo yo.
Se levantó y se colocó a mi lado mientras lo preparaba.
  -  ¿Sabes? -me preguntó, mientras me miraba de reojo.
 - ¿Qué?
 - Mi madre hace las mejores tortitas del mundo.
 - Ya verás cuando pruebes las mías...
Se rió y me revolvió el pelo.
 - Voy a ducharme en lo que tú acabas y Louis se despierta. Ahora vengo.

[Narra Harry]
Necesitaba salir de aquella habitación con urgencia, estaba a punto de volverme loco teniéndola tan cerca, teniéndola tan cerca y no pudiéndole contar la verdad, todo lo que había pasado aquel día. Necesitaba contarle que había pasado toda la noche pensando en ella, que desde que la había vuelto a ver no podía sacarla de mi cabeza, que justo un año después de aquella noche, ella había estado con otro chico y yo me había pasado la noche en un parque, sentado, viendo fotos de ella y pensando en lo  cobarde que era.
 - ¿Harry? ¿Puedo pasar? -era Louis.
 - Sí, pasa.
 - Dice Gabriella que ya ha terminado y que vayamos a desayunar.
 - Ahora voy...
 - Oye, ¿ha pasado algo?
 - ¿Por qué?
- No sé, cuando me ha dicho que te avisara, me ha dicho avisa a Harry y no te ha insultado.
No pude evitar sonreír y al terminar de vestirme, lo empujé hacia afuera.
 - Espera,espera, ¿qué pasa?
Él volvió a empujarme y yo entendí que no podía seguir ocultándole la verdad a mi mejor amigo, tarde o temprano tendría que contárselo a alguien.
 - Louis, ¿recuerdas la fiesta a la que había ido en casa de Simon?
 - Sí, ¿por qué?
 - La conocí allí.
Así era, la había conocido en la fiesta de cumpleaños de su prima. Yo conocía a aquella chica por haber conocido a una amiga suya en los castings del X Factor, y me había invitado a la fiesta de su cumpleaños. Aquella fiesta había sido todo un sueño, había conocido a Gabriella, una chica morena de ojos verdes, una chica que me había llamado la atención nada más verla, pero en menos de 5 minutos aquella noche cambió completamente, y el motivo era lo que iba a contarle a Louis en aquel momento.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Mi pesadilla. Capítulo 10.

[Narra Harry]

Después de cenar, Louis y yo nos tumbamos en el sofá a ver la televisión, pero él al poco rato fue a dormir, dejándome solo.
Mientras cambiaba de un canal a otro en busca de algo que pudiera distraerme, no dejaba de recordar lo preciosa que estaba y lo feliz que sería si se arreglara así para mí, pero no podía pensar en eso, por su bien y por el mío era mejor mantenernos separados, era mejor que siguiera pensando que era un inmaduro y un estúpido. Quería tenerla cerca y no a miles de kilómetros.
Estaba tan sumergido en mis pensamientos, que no me enteré de que había vuelto hasta que tropezó con el mueble que había al lado de la puerta.

[Narra Gabriella]

Nada más salir por la puerta de casa encontré a Tom apoyado en la pared.
 - Pensé que te habías arrepentido. -me dijo.
 - Siempre cumplo con mi palabra. ¿Vamos?
Me dedicó una bonita sonrisa y se adelantó para abrirme la puerta de su coche.
El día anterior, no me había fijado realmente en como era físicamente, estaba demasiado cabreada, pero era un chico alto, de pelo castaño y de ojos negros, unos ojos que podrían derretir hasta el bloque más duro de hielo.
 - ¿Estás lista para vivir una cita que nunca olvidarás?
 - ¿Como estás tan seguro de ello?
 - No dejaría que una chica como tú se olvidara de una cita conmigo.
 - ¿Y si no funciona?
 - Tendré que pasar al plan B y perseguirte allá donde vayas hasta que me concedas otra... ¿Qué quieres hacer?
 - ¿No tienes nada pensado?
 - Sí, pero si tus planes no tienen nada que ver con los míos..., puedo improvisar.
 - Simplemente sorpréndeme.
 - Eso es fácil.
El primer lugar al que me llevó fue un resturante que parecía sacado de un cuento, no parecía caro, pero parecía mágico y la decoración transmitía paz y tranquilidad.
 - ¿Te gusta?
 - ¿Me has traído a cenar? Menuda sorpresa...
 - ¿No te gusta? -me preguntó frunciendo el ceño. Se había puesto nervioso.
 - Es precioso. Me encanta, de verdad.
 - Pero bueno, esto no es todo, aún queda mucha noche por delante.
Estuvimos en aquel restaurante lo que tardamos en cenar, porque nada más acabar pidió la cuenta, pagó todo él y me arrastró al coche de nuevo.
 - ¿Y ahora? ¿Qué tienes pensado hacer?
 - Ahora te llevaré a un hotel y te violaré. En realidad, ahora te llevaré a tu casa, te daré mi número y si quieres volver a verme me llamarás.
 - ¿Te has rendido?
 - Siempre es mejor una retirada a tiempo, ¿no crees?
 - Entonces, sí, te has rendido.
 - Nunca me rindo, pero esta vez la que decide eres tú. Estaré esperándote al otro lado del teléfono.
Sin darme cuenta ya habíamos vuelto a casa de nuevo.
 - Espérame, entonces.
Le di un beso en la mejilla y salí del coche para volver a entrar en casa.
No entendía como, pero en todo el tiempo que había pasado con Tom, Styles no había aparecido en ninguno de mis pensamientos.
Entré en casa, pero al no encontrar el interruptor y entrar a oscuras, choqué contra el mueble que había al lado de la puerta.
 - ¿Quién cojones pone una mesa en la puerta? -me quejé.
 - Cosas de Louis.
En seguida vi como Harry encendía la luz.
 - ¿Qué haces aquí a oscuras? ¿Estabas esperándome para insultarme? -pregunté mientras me masajeaba donde me había golpeado.
 - ¿Te has hecho daño?
 - No es nada.
 - Vale. Buenas noches.
Recogió su móvil de la mesa y se fue directamente a su habitación.
 - Estúpido... -susurré.
Yo también fui a mi dirección y cuando estaba a punto de meterme en la cama, mi móvil comenzó a sonar.
 - ¿Sí?
 - ¿Estás en tu casa?
 - Hola, Sam. Sí, estoy en mi casa.
 - ¿Y yo no te había dicho que me llamaras?
 - Pensé que estarías ya dormida, es muy tarde.
 - ¡Cuéntame! ¿Qué tal te ha ido?
 - Es un amor, me encanta... Me ha llevado a un restaurante precioso y...
 - ¿Y qué más?
 - Y me ha traído a casa.
 - ¿Nada más?
 - No -reí.
 - ¿Solo te ha llevado a un restaurante? ¿Nada más? ¿Le has dicho que querías volver a casa?
 - No, simplemente hemos ido a cenar y después, me dijo que si quería volver a verlo, lo llamara, que estaría esperándome.
 - ¿Y eso te parece un amor?
 - Pues claro, es que no lo has visto, es perfecto.
En realidad, la cita no había sido para tanto, pero nada más contestar al teléfono, pude ver una sombra por debajo de la puerta. Algo me decía que Harry estaba escuchando lo que decía.

lunes, 19 de marzo de 2012

Mi pesadilla. Capítulo 9.

Puse atención para escuchar de qué hablaban, pero no distinguía nada, solamente escuchaba risas por lo que supuse que estarían bromeando, así que, decidí entrar en mi habitación, ponerme el pijama y dormir. Entré y fui directa al baño para quitarme las lentillas y recogerme el pelo, y al salir, mientras me ponía el pijama, escuché una voz proviniente del pasillo. Era la voz de Harry.
 - Gabriella, no te vas a acercar a esa puerta, no, no lo hagas, Gabriella, aléjate de esa puerta.
Intentaba convencerme a mí misma de que no debía escuchar que decía, pero cuando me di cuenta ya estaba pegada a la puerta.
 - No...sabes que...que no puedo...déjame hablar, sabes que si pudiera ya habría ido a verte...¿por qué no vienes tú?...sabes que sí tengo ganas de verte, no digas tonter...no, claro que no...inténtalo...está bien, mañana hablamos...buenas noches, Eli.
¿Eli? ¿Quién es Eli? ¿Y por qué tiene ganas de verla?
 - No, no, no, no, para, Gabs, para, ¿qué estás haciendo? ¿Celos? ¿Como que celos? No, imposible. Llevas aquí menos de un día, no puede pasarnos esto, recuerda por qué lo odias, recuérdalo.
Iba de una esquina a la otra de mi habitación discutiendo conmigo misma, cuando de repente, se abrió la puerta y esa cabeza llena de rulos que me perseguía hasta en mis peores pesadillas, se asomó por el pequeño hueco.
 - ¿Te encuentras bien? -me preguntó.
 - ¿Te importa?
 - ¿Estabas hablando sola? No me sentiría cómodo viviendo con una esquizófrenica.
 - Styles, ¿me haces un favor?
Esto pareció dejarlo desconcertado. Supongo que no esperaría escuchar esas palabras de mi boca.
 - ¿Un favor?
 - Sí, PIÉRDETE.
Me acerqué a la puerta, empujé su cabeza hacia fuera y cerré.
¿Qué me estaba pasando? Yo odiaba a aquel chico, lo odiaba con todas mi fuerzas, nunca podría olvidar lo que había pasado el verano pasado.
Malgasté gran parte de la noche pensando en como podía evitar todo aquello, pero en algún momento debí quedarme dormida, ya que, a la mañana siguiente, Louis entró en mi habitación y me despertó.
 - ¡Buenos días, Gabs! Nosotros nos tenemos que ir a la discográfica, si necesita algo, me llamas, ¿vale?
 - Vale, Lou. ¿Vendréis a comer?
 - Eso espero.
 - Entonces nos veremos a mediodía. -sonreí.
 - Por desgracia... -dijo Harry desde el pasillo.
 - ¡Hazza! -le riñó Louis- Bueno, Gabs, nos  vemos.
 - Hasta luego, Lou.
Era un poco más de las 10 de la mañana, pero no tenía ganas de seguir durmiendo, así que encendí la tele y busqué algo que pudiera entretenerme, pero nada, no había nada interesante.
Por suerte, mi teléfono comenzó a sonar en el momento más oportuno. Era Sam.
 - ¡Gabs! -escuché nada más contestar.
 - ¡Sam! ¿Pasa algo?
 - No, es que estaba dando vueltas por el Twitter, y cuando vi que Harry te había mencionado, decidí llamarte.
 - ¿Que me ha mencionado? ¿Qué ha puesto?
 - ¿No lo has visto? Pensé que sí.
 - No, no lo he visto, ¿qué pone?
 - Míralo tú misma.
 - No me interesa... Bueno, voy a hacer cosas. Mañana te llamo, adiós.
 - Adiós, Gabs.
Me levanté de la cama y cuando me disponía a ir al baño, me pudo la curiosidad y volví a la cama en busca del móvil para entrar al Twitter.
Busqué  entre mis menciones, pero lo único que había eran tweets de fans de estúpido Styles, así que entré directamente en su twitter para buscarlo, y allí estaba: "Empezamos el día. Que mala noche he pasado por los ronquidos de @GabsCowell"
 - ¿Ronquidos? ¡GENIAL! Ahora medio mundo pensará que ronco.
Obviamente, no me iba a quedar quieta, por lo que puse yo también un tweet: "Esperando a que llegue el fontanero, los pelos de @Harry_Styles han atascado las tuberías :S"
Después de mi humilde venganza, dejé el móvil y me puse a rebuscar entre la ropa de mi armario, algo que pudiera ponerme esa noche en la cita con Tom. Finalmente, elegí un vestido rosa que me había comprado el día anterior y el resto todo negro ( http://www.polyvore.com/cgi/set?id=45691161&.locale=es ).
Al poco rato, mi teléfono recibió un mensaje: "Gabs, se nos ha alargado el trabajo y no iremos hasta la noche. Lou xx"
 - Oh, genial, no tendré que verle la cara a Styles.
Fui a la cocina, me preparé algo rápido, comí y seguidamente, encendí la televisión del salón para ver cualquier película. Pero visto que toda la programación se había puesto en mi contra aquel día, me dirigí a mi habitación para preparme. Tom llegaría a las 7 a por mí.

[Narra Harry]
Después de llevar todo el día de un lado a otro en la discográfica, decidí meterme en el Twitter de camino a casa.
 - No me lo puedo creer...
 - ¿Qué pasa? -me preguntó Louis.
 - Mira lo que ha puesto tu amiga en Twitter.
Le acerqué mi móvi y no pudo evitar soltar una carcajada al leerlo.
 - Te dije que te contestaría. ¿Le vas a contestar tú ahora?
 - No, es mejor ignorarla, ya se cansará de intentar llamar mi atención.
 - ¿Ella llama tú atención? ¿Entonces tú qué haces? -Louis continuaba riéndose.
 - Yo estoy bien con Eli y ella sola, por lo tanto, es ella la que me busca.
 Al poco rato, los dos llegamos a casa, pero justo al abrir la puerta, estaba ella al otro lado lista para salir... Estaba tremendamente guapa.
 - ¿Te vas? -le preguntó Louis.
 - Sí, he quedado con un amigo... No importa, ¿no?
 - Un amigo, ¿eh? Claro que no, pásalo bien.
Le dio dos besos a Louis y me esquivó para poder salir de la puerta, dejando a su paso una ráfaga de aire cargada de su inconfundible olor.
 - ¿Hola? Vuelve. -dijo Louis entre risas.
 - ¿Eh?... Yo...
 - Llegas tarde, amigo, creo que te la han quitado.
 - No me han quitado nada, porque no quiero nada con una loca, ¿la has visto?
 - Estaba preciosa.
 - No, no me refiero a eso, que si has visto como se comporta.
 - Admítelo, te has quedado embobado.
 - No, ha intentado intoxicarme con tanta colonia, por eso me he quedado así.
Louis estalló en carcajadas y se fue a su habitación, dejándome solo con mis pensamientos, todavía en la puerta.

viernes, 16 de marzo de 2012

Mi pesadilla. Capítulo 8.

Continué mi camino hasta la casa de mi amiga, no sin antes perderme en varias ocasiones. Todo aquello había cambiado más de lo que creía en los últimos años.
 - ¿Sí? -preguntó una voz muy conocida al timbrar.
 - Soy Gabriella.
Al otro lado no se escuchó nada más, por un momento llegué a pensar que me había equivocado, pero cuando iba a volver a timbrar todas mis dudas se disparon al ver, a través del cristal transparente, como la figura de mi amiga descendía velozmente las escaleras, abría la puerta y se avalanzaba sobre mí.
 - ¡Estás aquí! -repetía una y otra vez.
 - No te imaginas cuanta te he echado de menos, pequeña. -susurré mientras la abrazaba.
 - Y yo a ti, pero... ¡estás aquí!
 - ¡Y tú también!
 - Te prometo que no nos vamos a volver a separar nunca.
Tras aquel recibimiento, las dos nos pusimos en camino hacia las tiendas. Por el trayecto, ella me contó con lujo de detalles todo lo que no me había podido contar, pero mientras estábamos en la última tienda que visitamos, empezó a preguntarme cosas a mí.
 - Y bueno, ¿como te ha ido con tus nuevos amigos, One Direction?
 - ¿Nuevos amigos?
 - ¿Son tan guapos como en las fotos?
 - A Liam y a Zayn todavía no los he visto, ya sabes que yo solo conocí a Styles en persona, y bueno, Niall y Louis, son muy simpáticos.
 - ¿Muy simpáticos? ¿Nada más? ¿Y Harry?
 - Harry me sigue pareciendo asqueroso, como hace un año, y bueno, ¿qué quieres que te diga de Louis y Niall? Son bastante guapos.
 - ¿Harry te da asco? Que no te escuchen sus fans...
 - No termino de entender que le ven, además es insoportable...
 - Ya, ya...
 - ¿Qué?
 - No, si yo no he dicho nada. ¿Vamos a pagar y a tomar algo?
Acepté, y así fue, pagamos y nos dirigimos al primer bar que encontramos.
 - ¿Te apetece ir mañana a la noche al cine?
 - ¿Mañana a la noche? Creo que tengo planes.
 - ¿Con quien?
 - Con Tom, un chico que conocí esta tarde...
 - ¿Qué? ¿Y cuando pensabas contármelo? Espera, ¿esta tarde? ¿y ya tienes una cita con él?
 - ¡No! O sea, ¡sí! Pero es que, él apareció, me tiró una tarta, fui a mi casa, discutí con Harry, me cambié, lo volví a ver, me confundió con la novia de Styles y acepté.
 - ¿Aceptaste para que no pensara que eras la novia de Styles?
 - No, claro que no...
 - ¿ACEPTASTE POR ESO?
 - Era guapo...
 - No tienes arreglo...
 En aquel momento mi teléfono comenzó a sonar y yo respiré aliviada, podía dar por finalizada aquella conversación.
 - ¿Sí?
 - Dice Louis que te pregunte si vas a venir a cenar.
 - Ah, hola, Styles. Sí, en media hora estoy ahí.
 - Vaya por dios... En fin, adiós.
 - Adiós, Styles.
 - Nunca entenderé por qué lo tratas así. Igual estás confundida y es como Louis y Niall.
 - No, claro que no... Él es..., es difente.
 - No te entiendo. Pero bueno, ¿te vas ya?
 - Eso parece...
- Bueno, pues nos vemos pasado mañana, ¿vale? O puedes llamarme cuando vuelvas de tu "cita" y me cuentas qué tal.
 - Perfecto, te llamaré mañana cuando vuelva entonces.
Nos despedimos y paré al primer taxi que pasaba por allí para ir de vuelta a casa.
Nada más llegar y abrir la puerta, escuché voces que no había escuchado hasta el momento, pero en seguida pude reconocerlos. Eran Zayn y Liam, que estaban con Niall y Louis, sentados en el salón.
 - Hola. -saludé.
 - ¡Gabs! -dijo Niall, al que respondí con una bonita sonrisa.
 - La cena está casi lista. Mira, ellos son: Zayn y Liam. -me dijo Louis.
 - Encantada, Zayn y Liam. -contesté.
Fui a mi habitación a dejar mis cosas, y volví al salón a sentarme con ellos.
Tras unas cuantas palabras, me di cuenta de que me había equivocado con todos, excepto con Harry, que seguía siendo aquel estúpido chico que había conocido hacía ya un año.
Comenzamos a cenar sin Harry, me preguntaba donde estaba y por qué no cenaba con nosotros, pero no quería que pensaran que me preocupaba o me interesaba lo que hacía aquel chico.
 - Bueno, si no os importa me voy a dormir que estoy muy cansada. Buenas noches. -dije levantándome.
 Todos se despidieron de mí y yo me dirigí a mi habitación, pero cuando estaba a punto de entrar en ella, escuché como se abría la puerta de la calle y la voz de Harry.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Mi pesadilla. Capítulo 7.

Después de salir de la cocina, Louis y yo nos quedamos en silencio. Un silencio que rápidamente intentó cortar él para romper la tensión.
 - No le hagas caso, siempre es así. Terminarás cogiéndole cariño.
 - No pasa nada, no me interesa lo que piense. ¿Comemos?
Me sonrió y me pasó un par de platos para que comenzara a poner la mesa.
 - ¿Puedo hacerte una pregunta? -me dijo.
 - Dime.
 - ¿No vas a echar de menos nada de Estados Unidos?
Esa pregunta no esperaba que nadie me lo hiciera, realmente sí que iba a echar algo de menos... Más bien a alguien.
 - A mi tío, nada más. -contesté intentando parecer decidida.
Mi respuesta pareció darlo por satisfecho y los dos nos sentamos a comer.
Durante toda la comida, Louis me contó muchas cosas sobre él, y bueno, yo le conté lo poco que había que contar de mí.
Después de comer, me fui directa a mi habitación a continuar colocando todo en su sitio, pero mi teléfono comenzó a sonar.
 - ¿Hola?
 - Como echaba de menos poder llamarte al teléfono y no tener miedo a arruinar mi familia.
 - ¡Sam!
 - Quiero verte inmediatamente. ¿Puedes hacerme un hueco?
 - Puedo hacerte todos los huecos que quieras. ¿Me acompañas a solicitar una plaza en la universidad?
 - Perfecto. ¿Vienes a por mí? Ya sabes mi dirección.
 - Estaré allí en media hora.
Colgué, cogí mi ropa y entré en la ducha. Necesitaba relajarme un poco después de aquellos días, y no había nadie mejor con quien hacerlo que no fuera mi mejor amiga.
Cuando ya estaba lista, salí de mi habitación y me encontré con que Harry y Louis estaban en el salón viendo la televisión.
 - ¿Te vas? -me preguntó Louis.
Harry continuó mirando la televisión ignorando mi presencia.
 - Sí, me ha llamado mi amiga.
 - Bueno, si te pierdes o quieres que vaya a buscarte en coche, llámame.
 - Lo haré, no te preocupes.
Me sonrió y se giró para seguir viendo la televisión junto con Harry, el cual continuaba ignorándome y por extraño que pareciera, no podía evitar que me molestara.
Salí a la calle y comencé a caminar por las calles por donde habíamos venido, así sería mucho más fácil llegar al centro, pero al girar la primera esquina, choqué contra un chico que iba cargado con una gran tarta que acabó esparcida por todo mi vestido.
 - Lo que me faltaba. -grité
 - Lo siento, no te había visto.
El chico intentó limpiarme, pero lo único que conseguía era que la mancha fuese cada vez más grande.
 - Déjalo, déjalo ya. Será mejor que vuelva a mi casa a cambiarme.
Lo dejé con la palabra en la boca y retrocedí sobre mis pasos para volver a casa.
 - ¿Qué pasa? ¿Ya te has peleado con alguien?
 - Déjame en paz, Styles.
 - No entiendo por qué Louis quiere acabar con nuestra reputación de buenos vecinos trayéndote aquí... Mírate, el primer día y ya estás metiéndote en problemas..., normal que...
Cada palabra que decía me incitaba más a gritarle a tirarle lo primero que encontrara a la cabeza, pro decidí controlarme y comportarme como una persona normal, sin ponerme a su altura.
 - ¿Te puedes callar, por favor? Tú voz es taladrante.
Observé como me miraba desconcertado y yo entré en mi habitación para cambiarme. Cuando volví a salir para ir corriendo a casa de mi amiga, me lo encontré sentado en el sofá tal y como lo había dejado, pasé sin mirarlo, pero noté como me seguía con la mirada.
 - ¿Quieres algo? -le pregunté antes de abrir la puerta.
Él se levantó y entró en la cocina sin decirme nada, y yo volví a la salir a la calle.
 - Eh, chica, eh, espera.
Noté como alguien empezaba a seguirme y cuando me giré, me encontré con el chico que me había tirado la tarta encima.
 - ¿Qué quieres? Tengo prisa.
 - ¿Puedo pedirte perdón invitándote a una cena?
 - ¿Vas tirándoles tartas a todas las chicas con las que quieres tener una cita?
 - No, solo a las más guapas. Me llamo Tom.
 - ¿Se supone que tengo que decirte mi nombre?
 - Si quieres puedo adivinarlo... Por cierto, ¿a donde vamos?
 - Tú no sé, yo a casa de una amiga.
 - Genial, cuando lleguemos me la presentas.
 - Te cansarás de seguirme antes de que lleguemos...
 - No me cansaré de seguirte sin que aceptes mi cita, ¿Eli?
 - ¿Eli? No, muy lejos.
 - ¿Sam?
 - Sam es a la persona a la que voy a ver, yo me llamo Gabriella.
 - ¿Ves? Ya me has dicho tu nombre, ahora solo tienes que aceptar la cita.
 - ¿En serio no te vas a cansar hasta que acepte?
 - No tengo por costumbre rendirme facilmente. O a caso, alguno de los chicos con los que vives es tu novio.
 - ¿Como sabes tanto?
 - Han solicitado los servicios de la empresa para la que trabajo varias veces... ¿Es tu novio?
 - ¿Quién?
 - Harry Styles.
 - ¿Sabes qué? Acepto.
 - Perfecto, mañana a la noche pasaré a por ti a tu casa. Ahora tengo que volver a mi trabajo. Hasta mañana, Gabriella.
 - Hasta mañana, Tom.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Mi pesadilla. Capítulo 6.

 - Gabs, despierta, estamos llegando. -noté como el hombro en el que estaba apoyada se movía.
 - ¿Ya?
 - ¿Ya? Te has pasado todo el viaje durmiendo. -sonrió Niall.
Me desperecé lentamente, y me coloqué el cinturón como habían anunciado por megafonía.
 - Bueno, parece que por fin volvemos a casa. -comentó Niall ya en el aeropuerto.
Los tres nos dirigimos a recoger nuestras maletas, y acto seguido, nos encontramos con una gran abalancha de fans que los esperaban.
 - Corre, ve al coche y espéranos allí, nosotros iremos ahora. -me dijo Niall.
Me hice espacio entre aquella masa de gente y los dejé a ellos con sus guardaespaldas. Yo todavía pasaba desapercibida, no era una cara conocida y aunque lo fuera, nadie podría reconocerme, ni imaginarse que estuviera en Londres.
Finalmente, aunque me había costado más de lo que pensaba, llegué a las puertas del aeropuerto y allí vi a Louis y a Niall.
 - ¿Hola? ¿Como lo habéis hecho?
 - ¿Como puedes ser tan lenta? -me preguntó Louis.
 - ¿Lenta yo? ¿Como habéis llegado antes vosotros?
 - Tenemos guardaespaldas, no lo olvides.
Uno de los guardaespaldas, propiamente dichos, cogió mi maleta y la colocó en el maletero de aquel coche.
 - Conduzco yo. -anunció Louis.
Se acercó a la gente que nos acompañaba, mientras Niall y yo nos subíamos a su coche, para explicarles que conducía él y que no hacía falta que nos acompañaran.
Durante todo el camino a casa, no puede evitar dejar de mirar a través de la ventanilla... Estaba en Londres, estaba de vuelta en mi ciudad.
 - ¿Te encuentras bien? -me preguntó Niall.
 - Sí, pero es raro, llevaba mucho tiempo esperando volver a ver estas calles...
Antes de que me diera cuenta, ya estábamos los tres  parados ante un gran edificio con el coche.
 - ¿Es aquí? -pregunté.
 - Sí, vivimos los cinco en este edificio, pero en diferentes apartamentos.
 - ¿No se supone que el tuyo es el más grande? -pregunté curiosa.
 - Sí, bueno... El mío son dos apartamentos juntos, en realidad... Ya lo verás.
¿Dos apartamentos juntos? ¿Para qué quería dos apartamentos juntos? Decidí no darle mucha más importancia al asunto y bajé del coche tras ellos.
Entramos en aquel edificio y, en seguida, Niall se separó de nosotros.
 - Ven, es esta puerta.
Él abrió la puerta y yo entré tras él.
Era un piso perfectamente decorado, estaba todo cuidadosamente colocado, como si nunca lo hubiera tocado nadie.
 - Vaya, que bien ordenado está todo...
 - Sí, bueno..., ya sabes, el servicio hace maravillas. Mira, ven, este será tu dormitorio a partir de hoy.
Pensé que me tendría una habitación pequeña, pero no, todo lo contrario, era una habitación bastante grande, no tanto como a las que estaba acostumbrada, pero no dejaba nada que desear. Además, tenía unas vistas maravillosas.
 - Me encanta. -dije acercándome a la ventana.
 - Bueno, te dejo que te acomodes. Iré a preparar algo para comer.
Louis cerró la puerta y yo, tras un largo rato mirando por la ventana, comencé a deshacer mis maletas y a colocar todo en su debido lugar.
Después de un largo rato colocando las cosas, mi teléfono comenzó a sonar.
 - ¿Sí?
 - ¿Qué tal estás? ¿Ha ido bien el viaje?
 - Sí, ha ido todo perfecto, tío. Gracias por dejarme venir.
 - ¿Todo perfecto? ¿Estás segura?
 - Mmmm..., sí, ¿por qué?
 - No, por nada. Bueno, a la noche volveré a llamarte.
 - A veces no te entiendo... Hasta la noche, entonces.
Colgué y escuché como Louis me llamaba desde la cocina.
 - ¿Te gusta la pasta? Es lo único que sé hacer...
 - ¿Como siempre pasta? -pregunté entre risas.
 - No, pero es que... Bueno, ya lo entenderás... ¿Te gusta?
 - Sí... Voy a mirar un poco la tele, ¿vale?
 - Toda tuya.
Nunca me imaginé convivir con Louis Tomlinson, ese chico al que tanto había odiado, se había convertido de la noche a la mañana en mi salvador. Al fin y al cabo, estaba donde tanto había deseado estar gracias a él.
Al rato de estar viendo la televisión, escuché como se abría la puerta y se escuchaba una voz que iba directa a la cocina. No podía ser, no me podía creer que fuera aquella voz la que estaba escuchando. Me levanté cuidadosamente y me escondí tras una de las puertas. Era él, era quien yo me había imaginado que era... ¿Como no iba a reconocer esa voz? Era imposible no hacerlo.
 - Styles... -dije.
 - ¿Cowel? -gritó.
 - Y yo Tomlinson, encantado.
 - ¿Qué hace ella aquí? -preguntó Harry exasperado.
 - ¿Qué hace él aquí? -pregunté yo en el mismo tono.
 - ¿Como que qué hago aquí? ¡Vivo aquí! -me gritó.
¿Vive aquí? ¿Como que vive aquí? En aquel momento comencé a entender el extraño comportamiento que habían tenido todos conmigo.
 - Ella también vive aquí, es nuestra nueva compañera. -dijo Louis mientras removía la pasta.
 - Nuestra nueva mascota querrás decir.
 - No soy yo la que tiene el pelo como una cobaya...
 - Me voy a mi habitación, porque estoy empezando a desesperarme...
Se acercó a la puerta, y al tenerlo tan cerca me quedé paralizada, no entendía que me pasaba.
 - ¿Me vas a dejar pasar o te tengo que quitar yo? -me encaró.
Se había acercado mucho, eso no ayudaba.
 - Pasa y no te vuelvas a acercar tanto, no me gustaría vomitarte en la cara. -logré decir.



Siento no haber subido antes, pero estoy con exámenes hasta el cuello. ¡Gracias por leer!

jueves, 1 de marzo de 2012

Mi pesadilla. Capítulo 5.

Subí corriendo a mi habitación y saqué dos maletas enormes del armario, aunque sabía que lo que metiera en aquellas maletas no me llegaría ni para las dos primeras semanas, pero ya comprarí allí ropa. Estaba deseando compartir una tarde de tiendas con Sam, recorrernos todo Londres de arriba abajo en busca de ropa, acercarnos al Starbucks, al que íbamos siempre y sentarnos a hablar horas y horas. Necesitaba con urgencia que llegara ese momento pronto.
Estaba completamente sumergida en mis pensamientos mientras sacaba ropa del armario y la colocaba cuidadosamente en la maletas, hasta que llamaron a la puerta.
 - ¿Sí? -pregunté.
La puerta se entreabrió y por el hueco se asomó la cabeza de Louis.
 - ¿Qué pasa? -pregunté con una amable sonrisa?
 - ¿Puedo pasar?
 - Claro, pasa.
Entró y tras cerrar la puerta, se acomodó en un pequeño espacio que quedaba libre sobre mi cama, la cual estaba llena de ropa y cosas que creía necesario llevar.
 - ¿Tienes pensado llevar toda esta montaña de ropa? -preguntó incrédulo.
 - ¿Toda esta montaña de ropa? ¿Crees que es mucho?
 - Yo creo que podrías vestir a más de la mitad del país...
 - Pues a mí con esto no me llega ni para dos semanas... Tendré que ir de compras allí.
Louis se rió mientras negaba con la cabeza, pero enseguida su gesto de volvió serio.
 - Gabriella...
 - Puedes llamarme Gabs o Gab, como prefieras. -le interrumpí.
Él me dedicó una bonita sonrisa, y retomó la palabra.
  - Gabs, quería pedirte perdón...
 - ¿Pedirme perdón tú a mí? En todo caso sería al revés. Yo tendría que pedirte perdón, a ti y a Niall. Todavía no entiendo como me habéis ayudado con todo esto después de como os traté siempre...
 - Supongo que todos teníamos una visión equivocada del otro, ¿no?
Sonreí al escuchar aquello. En efecto, yo tenía una visión muy distorsionada de como eran aquellos chicos.
 - Bueno, te dejo que continúes metiendo la casa dentro de la maleta. -bromeó.
Se levantó y se dirigió hacia la puerta, pero antes de salir, se giró.
 - Por cierto, tengo que comentarte una cosa...
 - Dime.
 - Verás... Yo en Londres...
En ese momento, mi ordenador comenzó a sonar. Era una llamada de Sam por Skype.
 - ¿Sabes? En realidad no tiene importancia, ya lo hablaremos al llegar allí. Habla con ella.
Esperé a que saliera y contesté a Sam. Hacía un par de días que no hablaba con ella, y todavía no le había dicho que volvió a Reino Unido.
 - ¿Qué tal con los chicos? -preguntó ansiosa- ¿Los has matado ya?
Reí ante aquello, estaba segura de que no se creería nada de lo que le iba a contar.
 - No te lo vas a creer, pero..., gracias a ellos estaré en Londres en menos de 72 horas.
 - ¿Qué? ¿Vienes de visita? ¿Con ellos?
 - ¿De visita? ¿Quién ha dicho visita? Voy para quedarme.
Al principio le costó asimilar todo lo que le contaba, pero tras una larga conversación contándole cada detalle, acabó creyéndome.
 - Y bueno, ¿tienes las maletas ya hechas?
 - No, estaba en ello ahora mismo.
 - ¿Aún? ¿Y cuando piensas despedirte de la gente? Bueno, mejor te dejo y así no te entretengo más. Nos vemos en tres días.
 - Nos vemos en tres días... ¡Por fin!
Las dos nos despedimos y volví a mi tarea de doblar ropa y acomodarla en la maleta.
Tras un largo rato, mi cabeza comenzó a darle vueltas a lo que me había dicho Sam: "¿Cuando piensas despedirte de la gente?" ¿De qué gente me iba a despedir? No tenía a nadie a quien le importara realmente que volviera a Londres, quizás a mi tío, pero en seguida encontraría algo con lo que ocupar mi vacío.
 - Hey, ¿puedo pasar o no? -escuché.
Alcé mi mirada y enseguida vi a Niall apoyado en la puerta.
 - Oh, perdó... ¿Cuánto tiempo llevas ahí?
 - Lo sufiente como para darme cuenta de que te pasa algo... ¿Qué te pasa?
 - Nada importante. ¿Necesitas algo?
 - No, pero es que Louis ha salido con tu tío y yo me aburro bastante... ¿Quieres que te ayude?
 - ¿Te gusta doblar ropa? Si te gusta, adelante, hay para los dos.
Sonrió y comenzó a doblar ropa, aunque en menos de 15 minutos había ropa por todas partes y los dos estábamos peleando con unos cojines. Pero una llamada a su teléfono nos intenrrumpió.
 - ¿Harry?... Pasado mañana... Awwwww, yo también te echo de menos...
No pude evitar reírme ante aquello, pero me levanté y comencé a recoger todo lo que habíamos tirado y a colocarlo cuidadosamente en la maleta.
 - Bueno, Gabs, he de irme a preparar mi maleta. Nos vemos a la hora de cenar.
Los dos días siguiente pasaron tremendamente rápido, y enseguida llegó el día de vuelta a Londres. Ese día que llevaba tanto tiempo esperando.
 - Prométeme que te vas a cuidar, que vas a hacer caso a Louis en todo lo que te diga, que vas a comportárte...
 - Tío, ya sé cuidarme yo sola. No te preocupes.
Lo abracé y tras despedirse de ellos también, volvió a despedirse de mí, y los tres embarcamos subimos al avión rumbo a Londres.
Las primeras horas del viaje pasaron realmente rápidas, pero a partir de la cuarta, mis párpados empezaron a pesarme horriblmente y caí profundamente dormida sobre el hombro de mi ahora tutor legal: Louis Tomlinson.




¡Amoooooooooooooooores míos! Esta noche subiré otro, porque me ausentaré mañana y pasado mañana, que estoy de viaje. ¡Gracias por leer!