"Todo cambia" Capítulo 25.

Nada más colgar el teléfono, Brenda se levantó y tras mirar su deplorable aspecto en el espejo, se dirigió a la cocina a desayunar.
- Buenos días -dijo Eric al verla entrar, ella respondió con un sonoro bostezo- ¿Que haces despierta tan temprano?, por lo que escuché ayer llegaste tarde, ¿no?
Ella asintió y volvió a bostezar.
- Sí, llegué tarde pero, Louis me invitó a salir hoy también...
- Oh..., espero que te cuide si no, tendré que matarlo...
Brenda sonrió, Eric era un gran apoyo para ella y para su madre, era todo el apoyo que les había faltado durante años y ahora que lo tenían con ellas, se había vuelto imprescible, incluso se podría decir que era como un "padre" para Brenda.
- Gracias, Eric...
Eric se giró y ladeó la cabeza, al escuchar las palabras de la morena.
- ¿Gracias? ¿Por qué?
- Por haber aparecido...
- Bren, ¿puedo hablar contigo una cosa?
- Sí, claro, ¿Qué es?
- ¿Que pasa si te digo que estoy pensando en pedirle a tu madre que se case conmigo?
- No, ¿en serio?
Brenda se levantó y lo abrazó y él, le respondió al abrazo. Brenda y su madre, eran lo más importante para él en esos momentos, y esos pequeños detalles le hacían feliz.
- Y bien, ¿que me dices?
- Que la vas a hacer la mujer más feliz del mundo.
- ¿Me ayudarás a organizarlo?
- Por supuesto.
- Bueno, pues a la noche lo hablamos, ¿Vale? Me voy a trabajar, disfruta de Louis...¡Ah! Y recuérdale que puedo matarlo...
Brenda se rió y él, le besó la cabeza antes de salir hacia el trabajo.
Brenda terminó de desayunar, se duchó y mientras terminaba de arreglarse, escuchó el timbre, sabía que era Louis así que, lo hizo esperar, era divertido abrir la puerta y verlo con cara de desesperación. Al 5º sonido bajó.
- ¿Puedo ayudarle en algo? -preguntó Brenda.
- Ummm..., venía a buscar a una chica perfecta pero, veo que me he equivocado, lo siento...
Brenda entrecerró los ojos y lo miró desafiante y él, se limitó a sonreír y a besarla levemente.
- Es que a ti la palabra perfecta se te queda corta...
- Eres tonto Tomlinson..., pasa, voy a por mis cosas y nos vamos.
- ¿Estás sola?
- Sí, mi madre y Eric ya se han ido a trabajar.
Louis se acercó a ella y rodeó su cintura con los brazos.
- Se me ocurren muchas cosas que hacer aquí...
- ¿Sí? ¿Como qué? -preguntó ella pícara.
- Algún día te las contaré pero, hoy no es ese día -dijo soltándola- venga, sube a por tus cosas y nos vamos.
- No, ¿a donde vamos?
- ¿Sabes? Ya tengo casa, Harry y yo, compartimos un piso y bueno, el resto viven al lado pero en diferentes pisos.
- Eso no responde a mi pregunta.
- No tengo pensado respondértela...
- Ogg...
Brenda subió a coger sus cosas y volvió a bajar ya lista.
- Bueno que, ¿nos vamos? -preguntó.
- Sí, vamos.
Los dos subieron al coche de Louis y éste, se puso rumbo al centro de la ciudad.
- Louis, siguen sin gustarme las sorpresas, ¿a donde vamos?
- Shhh, calla, pesada que eres una pesada.
- Tonto.
- Idiota.
- Te quiero.
- Yo más.
- Mentira.
- Mentirosa.
- Mentiroso.
- Como sigas así, me iré con Harry, él me quiere más.
- ¡Pues yo me iré con Lilly!
- Mentira, Lilly solo tiene ojos para Niall...
- Entonces tendré que conformarme contigo...
- ¿Y si no quiero?
- Sabes que sí...
- Bueno, pero solo porque te ríes de mis chistes.
- No me río de tus chistes, me río de ti...
- Oh, no finjas...
- Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.
- Solo porque ya hemos llegado.
- Ah, ¿un aparcamiento? Lugar romántico donde los haya...
- Calla, impaciente.
Louis había conseguido su propósito, había distraído a Brenda hasta tal punto que no se había dado cuenta de donde estaban.
Los dos bajaron del coche y salieron a la calle, estaban frente al London Eye.
- Bueno, parece que vas mejorando...
- Sí, ahora solo tenemos que subir.
- ¿Qué? ¿Subir ahí? No.
- ¿Eres tonta? ¿Por qué?
- ¿Tú has visto lo alto que es? ¿Que quieres? ¿Que me dé un paro cardíaco?
- Oh, cállate, vamos, no puedes tener miedo, vas con el gran Tomlinson.
Louis la arrastró y la obligó a subir, y ella, se pegó a él escondiéndo la cara en su pecho para no ver.
- Bren -dijo serparándola- te he traído aquí para algo.
- ¿Para matarme?
Él se rió, y la obligó a que la mirara a los ojos.
- Para pedirte aquí, delante de todo Londres, que seas mi novia.
- Ah, ¿pero no lo era ya?
- ¿Quieres parar de estropearme el momento romántico?
- Te quiero, Lou.
- ¿Eso es un sí?
- Eso es un quiero pasar toda mi vida contigo.