Capítulo 110.

Estábamos los dos sobre la cama, él me miraba y acariciaba mi pelo.
- ¿Que te apetece hacer? -me dijo.
- ¿Ahora? Son las once y media de la noche...
- París, es mucho más bonito de noche, venga vístete y nos vamos.
- Vaaale...
Nos vestimos y salimos. Caminamos bastante y, justo a las doce en punto de la noche, comenzó a centellear con sus miles de lucecillas la Torre Eiffel.
- Hala...-fue lo único que salió de mi boca.
- ¿Te gusta? -me susurró al oído.
- Es precioso, Harry...
Lo miré a los ojos y él, se acercó lentamente y me besó.
Era un sueño...la Torre Eiffel con sus miles de luces y nuestro beso, un beso que no quería que acabara jamás. Era perfecto.
Finalmente, él se separó.
- ¿Tienes frío?
- Un poco...
- Toma, ponte mi chaqueta.
Me puso su chaqueta por encima y me abrazó.
- ¿A donde quieres ir ahora?
-  No sé, a donde tú me quieras llevar.
Estábamos apoyados en uno de los puentes que pasan sobre el Senna y justo, pasó uno de los barcos.
- ¿Te apetece dar un paseo por el Senna en barco? -me preguntó.
- ¿Hace falta que lo preguntes? -le respondí con una gran sonrisa.
- Eres realmente preciosa cuando sonríes.
Al escuchar eso, no pude evitar sonrojarme y él, se rió. Cogió mi mano y me llevó hacia el pequeño embarcadero y allí, nos subimos a uno de los barcos.
Fue un paseo precioso, era todo perfecto. Por fin comenzaba a sentir la magia de París junto a Harry.
Cuando salimos, era ya tarde.
- ¿Volvemos al hotel? -preguntó.
- Como quieras...
Realmente, no estaba segura de querer volver. Tenía miedo de Nadelle volviera  a aparecer y toda la nube en la que nos encontrabamos desapareciera.
- ¿Te pasa algo? Si quieres quedarte un rato más nadie nos lo impide -dijo mientras me agarraba el mentón para que lo mirara a los ojos.
- No, no me pasa nada. -le sonreí.
- Entonces, volvamos. Todavía nos queda tiempo para poder disfrutar de todo esto.
- Sí, todavía nos queda tiempo. -volví a sonreír.
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Niall y Helen, después de pasar la tarde en la playa, volvieron a casa.
Estaban los dos sentados en el salón, viendo la televisión cuando, de pronto el teléfono de Helen sonó.
- ¿Sí? -respondió ella.
De repente, su cara se tornó pálida y se levantó. Salió al jardín y continuó hablando.
Niall, no le dio mucha importancia y continuó viendo la televisión pero, al poco rato salió al jardín puesto que, Helen no volvía.
- Sí...está bien mamá...volveré, sí, no te preocupes...
Helen y su familia, eran de Alemania. Niall comenzaba a temerse lo peor..., cuando ella colgó, volvió corriendo al sofá a esperarla.
- ¿Quien era? -preguntó él finjiendo no saberlo.
- Mi madre...
La cara de Helen, estaba llena de tristeza, su mirada alegre había desaparecido.
- ¿Que pasa? ¿Está todo bien?
- No, Niall...nada está bien...
- ¿Como que nada está bien?
- No importa...no me apetece hablar...¿puedes llevarme a casa?
- Sí...claro.
El camino a casa de Helen fue en silencio, ninguno de los decía nada, ella no quería hablar y Niall tenía miedo de decir cualquier cosa.
Al llegar a casa de Helen, los dos se quedaron en silencio hasta que, finalmente, Helen se despidió. Se acercó a él y le dio un leve beso.
- Buenas noches, Niall.
Él se quedó allí, de pie, sin saber que hacer. Helen nunca se despedía tan friamente de él, tenía miedo de perderla.